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El grabado se desarrolla en cuatro estados, y cada estado corresponde a una de las estaciones del año. En el árbol es posible distinguir las estaciones: primero el invierno, con un tronco casi desnudo; luego el otoño, aún con pequeñas ramas; a continuación el frondoso verano, y, por último, la primavera floral, realizados conforme al aumento progresivo de detalles en el dibujo del aguafuerte. Nuevamente, como en “Anamorfosis del Olivo”, el árbol es el eje que conecta tres niveles de realidad. Pero ahora el espacio se ha abierto, para descubrir un mundo que comenta e ilumina la “Parabola del Sembrador”.